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Cómo proteger tus cultivos extensivos del estrés abiótico y aumentar la productividad

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Por Ing. Agr. Rafael Olivella, Product Manager Biologicals, Cono Sur, Corteva Agriscience.

La agricultura moderna enfrenta desafíos constantes, y entre los más complejos se encuentra el estrés abiótico. Este fenómeno, generado por factores climáticos y ambientales, afecta directamente el rendimiento de los cultivos extensivos como trigo, soja y maíz, impactando la rentabilidad en la cosecha.

En este artículo, abordaremos las principales causas del estrés abiótico, sus efectos en los cultivos y, lo más importante, las estrategias y tecnologías disponibles para mitigarlo, asegurando así el rendimiento de los cultivos.

¿Qué es el estrés abiótico?

El estrés abiótico se refiere a las condiciones adversas no biológicas que afectan el crecimiento y desarrollo de los cultivos. Estas condiciones incluyen:

  • Granizo: puede comprometer el proceso al dañar los órganos foliares, reduciendo así la radiación interceptada y, como consecuencia, disminuyendo la biomasa y el rendimiento.
  • Sequía: la falta de agua afecta la fotosíntesis y provoca una caída en la producción de biomasa.
  • Temperaturas extremas: tanto el frío como el calor excesivo pueden reducir la tasa de crecimiento o incluso dañar irreversiblemente las plantas.
  • Salinidad del suelo: el aumento en los niveles de sal impide la absorción de agua y nutrientes.
  • Viento fuerte: además de aumentar la evaporación de agua en los cultivos, puede causar daños mecánicos en las plantas.

En cuanto a los efectos del estrés abiótico en la productividad varían según el tipo de cultivo y el momento en que ocurren, pero en general, pueden reducir drásticamente los rendimientos. Los cultivos sometidos a estrés prolongado sufren en su desarrollo fenológico, afectando etapas críticas como la floración, el llenado de granos o la calidad de las cosechas.

Estrategias para enfrentarlo

Como productor, hay diversas herramientas y prácticas que podés implementar para reducir el impacto del estrés abiótico:

  1. Selección de variedades tolerantes: El desarrollo de semillas adaptadas a condiciones climáticas específicas, como variedades resistentes a la sequía o a la salinidad, es clave para enfrentar el cambio climático.
  2. Manejo eficiente del riego: Sistemas de riego tecnificado, como el riego por goteo, permiten un uso más eficiente del agua, ayudando a mantener la humedad del suelo en épocas críticas.
  3. Uso de bioestimulantes: Estos productos ayudan a las plantas a resistir mejor el estrés abiótico, mejorando su capacidad de recuperación frente a condiciones adversas.
  4. Rotación de cultivos: Alternar diferentes tipos de cultivos contribuye a mejorar la salud del suelo, reduciendo la vulnerabilidad al estrés hídrico y otros factores ambientales.

Además, la implementación de la agricultura de precisión también juega un papel crucial en la gestión del estrés abiótico, como los sensores de humedad del suelo, el monitoreo remoto de cultivos mediante drones y el uso de big data permiten una toma de decisiones más informada y oportuna.

Bioforge Advance: una tecnología eficiente para regular el estrés

Cabe destacar que existen soluciones tecnológicas, a base de macro y micronutrientes, que permiten prevenir o atenuar el impacto ambiental adverso sobre el desarrollo y rendimiento final de los cultivos.

En este contexto, BioForge Advance, un fertilizante líquido de aplicación foliar, que tiene una combinación exclusiva de nitrógeno (3%), potasio soluble (1%), cobalto (1%), molibdeno (1%), y un regulador del crecimiento específico, convirtiéndolo así en un producto especialmente formulado y desarrollado para potenciar el desarrollo de las plantas frente a distintas condiciones de estrés ambiental.

Cada uno de los nutrientes que componen a BioForge Advance, tienen la función de regular mecanismos específicos asociados a distintas respuestas de las plantas frente a condiciones de estrés ambiental.

El aporte de cobalto a las plantas potencia el proceso natural de regulación de los niveles endógenos de etileno (hormona gaseosa que aumenta considerablemente sus niveles dentro de la planta cuando esta se somete a distintas situaciones de estrés ambiental y es la señal para detener el crecimiento) evitando así que se produzcan los síntomas típicos del estrés y el cese del crecimiento.

Por su parte, el molibdeno mejora la eficiencia de uso del nitrógeno, un nutriente clave en cultivos como trigo, soja y maíz.

En este marco, la formulación de BioForge Advance aporta una mayor concentración de un regulador de crecimiento específico, permitiendo a la planta una reducción más rápida de la concentración interna de las ROS (especies reactivas de oxígeno -radicales libres-), evitando así la oxidación y la consecuente muerte celular.

En síntesis, regulando todos estos procesos, con la aplicación foliar de BioForge Advance logramos atenuar los efectos de los tipos de estrés ambiental más frecuentes en nuestros cultivos.

Recomendaciones de Aplicación 

Un aspecto importante a tener en cuenta es que BioForge Advance es altamente compatible con soluciones fitosanitarias de uso frecuente en la agricultura, por lo que es posible hacer una aplicación en mezcla.

En cuanto a la dosis recomendada, se ubica de 0,5 a 1 litro por hectárea, dependiendo del tipo de estrés que tenga el cultivo.  

En referencia al momento, se puede aplicar en cualquier estadio del cultivo en el que un factor abiótico genere estrés y empiece a limitar su normal desarrollo.

Si querés conocer más sobre estrés abiótico en los cultivos, sus causas, efectos y cómo mitigarlo; te invitamos a escuchar el episodio 5 de nuestro canal de podcast Voces que Siembran.

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